Estudio Bíblico #3: La Inteligencia y la Sabiduría
Versículo Clave: “Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca.” Proverbios 4:5.
Introducción: La Biblia hace una exortación a adquierir Sabiduría e inteligencia. Pero ¿Qué es la sabiduría y que significa inteligencia?
Sabiduría- Conjunto de conocimientos amplios y profundos que se adquieren mediante el estudio o la experiencia. Facultad de las personas para actuar con sensatez, prudencia o acierto (Cosas relacionadas a la toma de decisiones, para aprobar la mejor conducta y postura).
Inteligencia- Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad (cosas relacionadas al conocimiento; entender conceptos). Viene del latín Intelligentia que significa que es una características consistente.
I. Tipos de Sabiduría:
A. Celestial
B. Terrenal/diabólica
(Santiago 3:13-18)
(Santiago 3:13-18)
II.
Cómo alcanzar la Sabiduría Celestial:
- El primer paso es respetando a Dios y buscarle
(Provervios 9:10)
- El segundo paso es pedirsela a Dios, pues es una petición que podrás recibir de inmediato y con total garantía de que Dios la aprobará para ti.
(Provervios 9:10)
- El segundo paso es pedirsela a Dios, pues es una petición que podrás recibir de inmediato y con total garantía de que Dios la aprobará para ti.
(Santiago 1:5)
III.
Tipos de Inteligencias (Según la Psicología):
A. Lógica
B. Lingüística
C. Corporal
(Cinestética)
D. Musical
E. Espacial
F. Naturalista
G. Interpersonal
H. Intrapersonal
I. Muchas
otras más pueden ser posibles.
A la luz de la Biblia sabemos que somos parte de un cuerpo (Cristo como cabeza)
1ra Corintios 12:12, 27. Como miembros diversos, también tenemos
diversos dones para ministrar a otros (los cuales hacen una referencia a los tipos
de inteligencia antes mencionados). Romanos 12:6-8.
Conclusión: La Sabiduría Celestial y la Inteligencia van de
la mano. La Inteligencia te ayuda a entender la voluntad de Dios a la vez que
puedes entenderte a ti mismo, a tu prójimo y al ambiente que te rodea para que
con la Sabiduría puedas proceder de la mejor manera así promover un bienestar
acorde con el de Dios. De Dios provienen ambos dones.
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